Querer

Capítulo 1 - Re-conocernos

Ella y yo nos vimos ese día, una vez que bajó de su auto y la abracé mientras todos esos años sin ella se esfumaban en 2 segundos desayunamos en uno de esos restaurantes que te invitan a permanecer al menos un par de horas, ahí hablamos de mil cosas pero hubo que empezar desde aquellas que no se consideran importantes. Fue, cómo en alguna ocasión lo describí, un encuentro de 2 animales en el bosque, se miran de lejos sin hacer movimientos bruscos, se acostumbran un poco el uno al otro y luego dan unos pasos al frente, nadie se muestra desafiante sin embargo no se baja la guardia. El proceso se repite 3 o 4 veces hasta que uno pueda sentirse en confianza nuevamente.

Quiero creer que tal vez dijimos aún más entre líneas, un "te quiero desde siempre" por aquí y un "te he extrañado tanto" por allá. Si ud. querido lector no ha tenido la suerte de tener una charla como esta, puede que no entienda del todo la importancia de las mismas. (Tampoco le deseo que la tenga algún día, porque eso supone que debe pasar años alejado de una persona muy especial).

Pero no quiero perder el hilo, prosigamos:
La miré a los ojos y supe que ella me escuchaba interesada, que veía su vida reflejada en lo que yo le contaba y no fue agradable saber que entre mis palabras, frente a mí ella hilvanaba el nombre de otro, aunque no sigan juntos, pero la memoria es así, a mi me ha pasado que en brazos de alguna chica he recordado a otra, nunca fue mi intención pero la memoria nos lleva a los lugares menos pensados justo en el momento menos indicado y supe que eso le sucedía.
Ella me contó los eventos más importantes de su vida en estos años de ausencia y yo la escuché cómo si no hubiera nadie más en la Tierra, y en verdad que en aquel momento para mi no existía nadie más que ella.
Casi al instante percibí cual era su problema, pero algunas personas actuan en defensa propia  instintivamente así que no dije nada, todos tenemos traumas, complejos y aspectos que preferimos ocultar de los demás, y si hay algo que respeto en este mundo es la privacidad.
Cuando ella hablaba a veces veía su boca solamente, sus labios.
Esos labios han sido míos, pensé... pero porque no puedo recordar como se sienten cuando me besaron? Esas manos me abrazaron y tomaron las mías al caminar, al estar sentados en el pasto, al fumar, pero porque las miro tan distintas?

Supe que pasaba algo y entonces dejé que mis 5 sentidos se impregnaran de ella en su totalidad, de su esencia. Quería, necesitaba! saber si ella era ella, si tanto tiempo y tantas eventualidades habían cambiado algo, su olor tal vez, su aroma, su mirada, sus suspiros, la forma de cerrar un poco los ojos al reír, su corazón, su ser...
Así que permití que su mirada me atravesara.
Necesitaba saber todo.

Debía reconocerla antes de dar otro paso. Tantos años pueden cambiar a una persona de tantas maneras que a veces uno no puede saber exactamente donde está la falla, puedes distinguir, percibir que hay algo diferente pero no sabes muy bien que es o de donde proviene ese cambio.
Para mi era muy necesario estar seguro al 100% que seguía íntegra. No me refiero a su aspecto, claro está, pero si acaso llegaba a notar un pequeño cambio en su esencia, en su alma, entonces y cómo lo había decidido ya, abandonaría la misión en ese instante.

Algo muy curioso ha sucedido desde entonces, ahora y luego de salir más de un par de veces sé que ella es ella, no, es algo mejor, ella se ha convertido en una versión mejorada de si misma. Sin embargo el caos se hace presente antes de vernos, a mi me detiene 20 minutos el tráfico de la ciudad y llego tarde, ella se equivoca de lugar, somos 3 en lugar de 2, hay emergencias que tiran abajo nuestros planes.

Puede que uno piense que es normal, en una ciudad tan grande.
Pero yo no, para mí son señales.
Es cómo si algo no quisiera que estuvieramos juntos, no tanto como pareja, simplemente como dos personas que se van a tomar un café y a charlar sobre lo felices que pueden ser.
Algo quiere impedirnos esto.
Y no puedo permitir que eso suceda.

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